Sorpresa! El prototipo de guerrero vikingo... era una mujer

En el mundo vikingo, la guerra no era una actividad exclusiva de los hombres, pese a lo que estamos acostumbrados a ver en el cine y la televisión. Las mujeres podían desempeñar posiciones relevantes en el campo de batalla. Lo acaba de descubrir un estudio llevado a cabo en las universidades de Estocolmo y Uppsala, en una tumba vikinga descubierta en 1880.
La tumba guardaba en su interior el cuerpo de un guerrero vikingo, con sus enseres de batalla, incluidos los caballos, y algunos objetos más, que indicaban que se trataba de un oficial. Y durante mucho tiempo ha sido el prototipo de guerrero vikingo. 
Pero esta investigación de una de las tumbas vikingas más emblemáticas, ha echado por tierra esa suposición. El guerrero está rodeado de sus armas, incluyendo una espada, flechas que perforan las armaduras y dos caballos. También hay un tablero de juego con sus piezas, que "indica que era un oficial", aclara Charlotte Hedenstierna-Jonson, que ha liderado el estudio, "alguien que trabajaba la táctica y la estrategia y podía conducir a las tropas en la batalla". 
Ya había ciertas dudas sobre si el guerrero en cuestión podría llamarse "Victor o Victoria", como apunta Anna Kjellström, que también ha participado en el estudio: "Algunos rasgos del esqueleto sugerían con pocas dudas que pertenecía a una mujer, pero este ha sido el espécimen tipo de un guerrero vikingo durante más de un siglo, por lo que necesitábamos confirmar el sexo de cualquier manera que pudiéramos".
Y es que, en la época del descubrimiento pensar que una mujer, allá por el siglo X, podría estar en el campo de batalla guiando a los soldados, probablemente ni se contempló como opción. Para despejar las escasas dudas, los arqueólogos recurrieron a la genética, para hacer una identificación de sexo molecular basada en los cromosomas X e Y. 
Este tipo de análisis puede ser muy útil, explica Maja Krezwinska: "Usar ADN antiguo para la identificación sexual es útil cuando se trabaja con niños, por ejemplo, pero también puede ayudar a resolver casos polémicos como este". Maja pudo confirmar con ese análisis la presencia del cromosomas X y la ausencia de un cromosoma Y.
"Lo que hemos encontrado no era una valquiria de las sagas, sino un líder militar de la vida real, que ha resultado ser una mujer", resalta Charlotte Hedenstierna-Jonson. Esta guerrera vikinga fue enterrada en la ciudad de Birka a mediados del siglo X. Los análisis de isótopos confirman un estilo de vida itinerante, en sintonía con la sociedad marcial que dominante entre los siglos VIII al X en Europa septentrional.
Jan Storå, uno de los autores principales del estudio, reflexiona sobre la historia del material analizado: "Este enterramiento fue excavado en la década de 1880 y ha servido como modelo de un guerrero profesional vikingo desde entonces". Durante todos estos años se suponía que era un hombre. "La utilización de nuevas técnicas y también de nuevas perspectivas críticas, demuestra una vez más el potencial de investigación y el valor científico de las colecciones depositadas en los museos".
El estudio es una parte del proyecto ATLAS, que investiga la historia genética de Escandinavia. Es un esfuerzo conjunto de la Universidad de Estocolmo y la Universidad de Uppsala, con el apoyo de Riksbankens Jubileumsfond (Fundación Sueca para las Humanidades y Ciencias Sociales) y Vetenskapsrådet (El Consejo Sueco de Investigación).


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